Monet encontró en su jardín de Giverny suficientes motivos para no parar de pintar ni un solo día. Cada segundo de luz, cada movimiento del viento o cada reflejo en el estanque ofrecían al artista el interés necesario para no necesitar moverse de allí. Durante los cincuenta, los pintores Joan Mitchell, Jean-Paul Riopelle, Sam Francis, Zao Wou-Ki o Ellsworth Kelly convirtieron este lugar en un centro de peregrinación.
Si quieres más información sobre esta exposición entra en: http://www.esmadrid.com/es/portal.do?IDM=51&NM=3&TR=C&IDR=1431
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